En el Sistema de Tao Curativo , desde el que trabajamos en Tao Lunar, existen diferentes prácticas de Meditación. Las cuales son prácticas de auto-desarrollo, porque nos permiten completar una evolución armoniosa de los cuerpos físico, energético, mental y espiritual. A través de una serie de antiguos ejercicios chinos de meditación y energía interior, el practicante aprende a incrementar su nivel de energía, liberar tensión, mejorar su salud y equilibrarse. Al crear una base sólida de salud y bienestar, uno crea también una base para desarrollar su potencial espiritual. De ésta manera, el practicante aprende a conectarse con las energías naturales del sol, la luna, la tierra, las estrellas y del ambiente de alrededor. Así es como se adquiere la habilidad para desarrollar y nutrir un cuerpo espiritual sólido. El fin último de la práctica taoísta es trascender los límites físicos mediante el desarrollo del alma y el espíritu en el ser humano.

La meditación practicada desde la relajación nos ayuda a equilibrar el metabolismo, el ritmo cardiaco y la respiración. Nos produce una sensación de bienestar, calma y tranquilidad. Si estamos relajados conseguimos un alto estado de sensibilidad y receptividad natural, lo que desemboca en una mayor atención desde cada una de las células de nuestro cuerpo. Así, el gasto de energía es mínimo y repercute positivamente en nuestro estado general.

La meditación es el camino para conocer tu potencial.  Al cerrar los ojos y conectar con tu respiración solo el silencio permanece como  un camino que te conduce al centro de tu ser. La meditación te ayuda a salir de este mundo de pensamientos,  calmar tu mente, darle un descanso merecido.

Las prácticas que componen el Sistema de Tao Curativo son derivadas de antiguas técnicas enraizadas en los procesos de la naturaleza. Han sido reunidas e integradas por el maestro Mantak Chia en un sistema coherente y accesible para el bienestar y la salud. Trabajan directamente con la fuerza vital, o chi, que fluye a través del sistema de meridianos (canales) del cuerpo. El objetivo es devolver al individuo a la condición de armonía con el flujo de las fuerzas en la naturaleza.

En el Tao hay una serie de pilares básicos, de meditaciones elementales, que practicadas regularmente influyen positivamente en nuestra salud física, mental y emocional.

Éstas son:

La sonrisa interior: meditación que me conecta con mi interior, con mis cinco elementos y sus cinco órganos. Consigue cambiar mi estado mental y emocional. Paso del pensamiento y la sensación negativos, al pensamiento positivo.

Sonidos curativos: refrescan y purifican los órganos, cargándolos de yin, elimina tensión física de las fascias que envuelve órganos y vísceras, nos libera de las emociones del día, nos preparan para el descanso y el sueño.

La órbita microcósmica: meditación que permite la apertura de los vasos gobernador (Du) y concepción (Ren) y la circulación de energía por los mismos como un circuito cerrado permitiendo conectar nuestra propia energía con tierra y cielo.

En el Tao también trabajamos con los Tres Tesoros generando una práctica con estructura piramidal: una base amplia y sólida que nos permita trabajar con el Jing o la esencia para afinar la práctica en dirección del Qi o energía, hasta llegar a a cima y conectar con el Shen o espíritu.

El Jing se lo traduce como la Esencia, es la máxima condensación que puede asumir el cosmos antes de transformarse en sustancia, es la vibración energética de la materia. El Jing es nuestra esencia recibida al nacer que varía dependiendo de una multitud de factores, está asociado a los riñones.

El Qi se lo traduce como fuerza vital o Energía, también se lo podría denominar información y de ese modo nos sería útil para la práctica alquímica. Dentro del cuerpo las líneas de información que recorre el Qi constituye el sistema de meridianos, los pulsos y las ondas de información por donde se ejecutan funsiones fisiológicas y psicológicas. El Qi es la manifestación energética de nuestra salud y de nuestro estado mental, es decir el vinculo entre el cuerpo y la mente.

El Shen o Espíritu es la más alta vibración de los tres tesoros.

Dibujo realizado por Lucía Domínguez